El presidente de Estados Unidos George W. Bush, se encuentra en un salón de clase de la escuela primaria Emma E. Booker en Sarasota, Florida.
Nueva York, conocida como la capital del mundo, se levantaba ese martes como cada día erigida en el orgullo de la ciudad de los rascacielos.
Era la mañana del 11 de septiembre del 2001. Todo transcurría como un día normal y los estadounidenses se preparaban para poner fin al verano.
Muchos meses antes un grupo llamado Al Qaeda liderado por Osama Bin Laden, también se había preparado para cambiar el curso de la historia. A partir de ese momento ya nada sería igual, sobre todo en materia de aviación y a la hora de atravesar un aeropuerto en cualquier parte del mundo.
El reloj marcó las 08:46 de la mañana, justo el momento en que un avión se estrella contra un edificio en Manhattan, pero este no es un edificio cualquiera se trata de la Torre Norte, uno de rascacielos más altos del mundo, son las Torres Gemelas, el corazón de Nueva York.
Tras el choque todo es confuso, nadie sabe que está pasando y se cree que ha sido producto de un error humano. Las alarmas se encienden, las grandes cadenas de televisión de Estados Unidos transmiten las imágenes de la Torre Norte en llamas. ´
Los ojos del mundo se vuelcan hacía Nueva York, pero lo que están por presenciar será un momento que jamás olvidarán, un hecho fríamente calculado para que sea observado por la mayor audiencia del planeta.
A las 9:03 de la mañana han pasado 17 minutos cuando otro avión con el mundo entero como espectador se estrella contra la Torre Sur World Trade Center, ahora el corazón de Nueva York,
su orgullo más alto por más de tres décadas, las Torres Gemelas arden en llamas.
El presidente de Estados Unidos había sido informado cuando el primer avión impactó la Torre Norte, pero nunca pensaron que se trataba de un ataque terrorista hasta el segundo vuelo estrellado. Bush sigue sentado en un aula de clases con niños de 7 años al frente, mientras leían cuentos.
A las 9:03 de la mañana el jefe de gabinete en la Casa Blanca, Andrew Card se acerca y le dice al oído al presidente Bush “Un segundo avión golpeó la segunda torre. Estados Unidos está siendo atacado”
Este video que hemos utilizado es justo ese momento. Como se observa, el presidente se queda tranquilo, sentado, pero su mirada se pierde, asintiendo levemente con la cabeza y aprieta los labios.
Así se mantuvo por casi 7 minutos hasta que se marchó para ponerse al frente del mayor ataque terrorista que ha registrado la humanidad en toda su historia.
Casi tres mil personas perdieron la vida y fueron cuatro los aviones utilizados para llevar a cabo la misión suicida.
Hoy Estados Unidos ha conmemorado 20 años de ese fatídico 11 de septiembre del 201.
Por Kelvin de la Cruz, periodista