La cepa del coronavirus B.1.1.7, detectada por primera vez en Kent (Inglaterra) en septiembre del 2020 y conocida como ‘la variante británica’, puede ser hasta dos veces más mortal que otras, indica un estudio publicado este miércoles en la revista British Medical Journal.
En el marco de su investigación, los científicos de la Universidad de Exeter y de Brístol compararon las tasas de mortalidad en dos grupos: las personas infectadas con la cepa británica y las que se contagiaron con otras variantes del covid-19. De 54.906 pacientes con la cepa B.1.1.7, 227 murieron, mientras que en el grupo con el mismo número de infectados con otras variantes del coronavirus fallecieron 141.
De esta manera, los especialistas indicaron que la variante estudiada es entre un 30 y el 100% más mortal que otras.
“En la comunidad, la muerte por el covid-19 es todavía un evento raro, pero la variante B.1.1.7 aumenta el riesgo. Junto con su capacidad de propagarse rápidamente, esto hace que la amenaza de la B.1.1.7 deba tomarse en serio”, declaró el autor principal del estudio, Robert Challen, de la Universidad de Exeter.
Por su parte, otro autor del estudio, Leon Danon, de la Universidad de Brístol, declaró que “el SARS-CoV-2 parece ser capaz de mutar rápidamente y hay una preocupación real de que otras variantes surjan con resistencia a las vacunas rápidamente lanzadas”. “La vigilancia de nuevas variantes mientras surgen, la medición de sus características, y la actuación adecuada, necesitan ser una parte clave de la respuesta de la salud pública en el futuro”, destacó.