El presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, intervino este martes en la sesión plenaria del 78º Debate General de la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que se celebra entre los días 19 y 26 de septiembre en Nueva York.
En el foro, el mandatario cubano se pronunció en nombre del Grupo de los 77 (G77) y China, cuyo país ostenta la presidencia pro temporera, y tras la cumbre del bloque celebrada en La Habana el pasado fin de semana.
“Nos unió la necesidad de cambiar lo que no ha sido resuelto y la condición de víctimas principales de la actual crisis multidimensional, el abusivo intercambio desigual de la brecha científica-tecnológica y de la degradación del medio ambiente”, dijo, respecto a ese encuentro de la agrupación, que integra al 80 % de la población mundial.
En nombre de ese grupo, dijo ante la ONU que “urge un nuevo y más justo contrato global”, para modificar las estructuras que marginan a los países en desarrollo del progreso global y “convierten a muchos pueblos del sur en laboratorios de renovadas formas de dominación”.
“Cuba no cejará en sus esfuerzos para impulsar el potencial creativo, la influencia y el liderazgo del G77. Nuestro grupo tiene mucho que aportar al multilateralismo, la estabilidad, la justicia y racionalidad que hoy requiere el mundo”, expresó.
Díaz-Canel añadió que “el panorama es desalentador”, a solo siete años de que venza el plazo fijado para el cumplimiento de la “esperanzadora” Agenda 2030, algo que ha sido reconocido por la ONU.
“Al ritmo actual no se alcanzará ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y más de la mitad de las 169 metas acordadas serán incumplidas”, enfatizó.
En el mismo sentido, indicó que los esfuerzos de los países en desarrollo no bastan para implementar la Agenda 2030, sino que “tienen que estar respaldados por acciones concretas de acceso a mercados, financiamientos en condiciones justas y preferenciales, transferencias de tecnologías y cooperación norte-sur”.
“No estamos pidiendo limosnas ni rogando favores, el G77 reclama derechos y continuará demandando una transformación profunda de la actual arquitectura financiera internacional, porque es profundamente injusta, anacrónica y disfuncional”, enfatizó el mandatario en la Asamblea.
Indicó que es necesario, y por ello demandan, instituciones financieras en la que los países del G77+China “tengan real capacidad de decisión y acceso a la financiación”.
Se quejó de que los países de este grupo han debido destinar 379.000 millones de dólares de sus reservas para defender sus monedas en 2022 y que las naciones del sur tienen que gastar hasta el 14 % de sus ingresos para pagar intereses asociados a la deuda externa.
“La mayoría de las naciones del G77 se ven compulsadas a destinar más recursos al servicio de la deuda que a inversiones en salud o educación“, detalló, al tiempo que señaló que esto impide alcanzar el desarrollo sostenible.
El mandatario cubano también aprovechó para reiterar la denuncia que ha hecho su país sobre las medidas coercitivas unilaterales “que se han convertido en prácticas de Estados poderosos, que pretenden actuar como jueces universales”, para debilitar y destruir economías, así como aislar y someter a naciones soberanas.
Recordó que Cuba es el país que ha soportado por más tiempo medidas de ese tipo, en referencia al bloqueo económico, comercial y financiero que ha mantenido EE.UU. sobre la isla por más de 60 años, pese a la condena que ha recibido en innumerables ocasiones por la mayoría de los países de la ONU.
Lo describió como un bloqueo “asfixiante, concebido para deprimir sus ingresos y nivel de vida, padecer escasez continua de alimentos, medicinas y otros insumos básicos y coartar sus potencialidades de desarrollo”.
Mientras, subrayó, “no existe una sola medida o acción de Cuba para dañar a los EE.UU., para perjudicar a su sector económico, su actividad comercial o su tejido social”; ni tampoco ningún acto que amenace la independencia del país norteamericano.
Pero además de Cuba, esas sanciones, dijo, hoy afectan también, en América Latina, a naciones como Venezuela y Nicaragua; así como a Zimbabue, Siria, la República Popular Democrática de Corea, Irán, entre otros países de diferentes regiones, “cuyos pueblos sufren el negativo impacto de estas”.
Por otro lado, Díaz-Canel informó que Cuba había presentado su candidatura al Consejo de Derechos Humanos para el período 2024-2026, en las elecciones que tendrán lugar el próximo 10 de octubre.
“De ser electos, la voz de Cuba continuará alzándose con una visión universal, siempre desde el sur, en favor de los intereses legítimos de los países en desarrollo, desde el compromiso constructivo y la indeclinable responsabilidad con la realización plena de todos los derechos humanos para todos”, mencionó.
El mandatario viajó a la Asamblea General de la ONU con una delegación conformada, entre otros, por el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, y el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda.
RT Actualidad