República Dominicana -Altos niveles de agotamiento emocional asociados a las demandas del trabajo, las condiciones de vulnerabilidad de las poblaciones con las que trabajan, así como exposición a sufrir problemas de salud mental fueron algunos de los resultados de un estudio que analizó los riesgos y necesidades de salud mental de las personas trabajadoras comunitarias de organizaciones de la sociedad civil (OSC) en la República Dominicana.
El estudio, que lleva como encabezado “Invisibles y olvidadas”, realizado por el Colectivo Salud Mental (COSALUME) con el apoyo del Servicio Judío Americano Mundial, abarcó personal asalariado y voluntario de 22 organizaciones ubicadas en el Distrito Nacional, Santo Domingo Este, Norte, Haina y Santiago. Incluyó personal de recursos humanos del nivel administrativo y de manejo de proyectos, proveedoras de servicios, encargadas de educación comunitaria y de la coordinación interinstitucional, así como personal a cargo de estrategias de activismo y movilización social aliadas a estas organizaciones.
Otros de los hallazgos de las encuestas y los grupos focales revelan un alto nivel de entrega en el trabajo de parte de las trabajadoras de las OSC, incluso en detrimento de su propio cuidado personal, manifestando también temor al endurecimiento emocional por la exposición a temas difíciles como la violencia, las migraciones, discapacidades, juventudes, entre otras.
Entre las problemáticas de salud mental de las poblaciones con las que trabajan y a las que se ven expuestas se identificaron ansiedad, depresión y problemas conductuales, abuso de sustancias, ideación suicida, suicidio y otras modalidades de autolesión. El estudio también reveló los efectos de la estigmatización y exclusión social de determinados grupos de población como personas con VIH, comunidad LGTBIQ+ e inmigrantes haitianos en su salud mental.
Las conclusiones indican que “el personal de las OSC puede estar expuesto a sufrir problemas de salud mental a consecuencia de su trabajo, tanto por la naturaleza misma de su ocupación como por las limitaciones de estas organizaciones para proporcionar respuestas integrales a las múltiples necesidades de las poblaciones y comunidades con las que trabajan. La falta de energía, la poca motivación y la sobrecarga están entre los aspectos mencionados con mayor frecuencia (en los grupos focales), incluyendo la depresión producto del cúmulo y la impotencia ante las problemáticas sociales que manejan”.
Para abordar y promover la salud mental en las organizaciones de la sociedad civil, las investigadoras Wendy Alba, directora ejecutiva del COSALUME y Dinys Luciano, directora de Development Connections recomiendan en su informe mejorar la recopilación y la difusión de información sobre la salud mental del personal y las poblaciones y comunidades para y con las que trabajan las OSC, y abogar para que se garantice que todas las personas en riesgo o afectadas por problemas de salud mental tengan un acceso oportuno, eficaz y asequible a los servicios y recursos de salud mental.
Recomiendan, además fomentar el abordaje de la salud mental en el contexto de iniciativas y proyectos de las organizaciones de la sociedad civil, promover su participación en las iniciativas multisectoriales donde se aborda la salud mental, incluidas políticas, programas y financiamiento y abogar ante las instancias financiadoras y agencias de cooperación por la priorización de inversión continua en salud mental así como la provisión de recursos suficientes para ejecutar estrategias institucionales y comunitarias en torno a la salud mental desde enfoques interseccionales.
Para descargar el informe completo puede ir a https://colectivosaludmentalrd.org/