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Publicado el noviembre 7, 2024 | 8:56 am

Caso Liam Payne: Acusan a un amigo del artista y allanan las casas de varios implicados

El empresario argentino amigo de Liam Payne; un empleado de mantenimiento del hotel, donde se alojaba el excantante del grupo musical One Direction y un dealer fueron acusados por distintos delitos en relación a la investigación por la muerte del artista británico ocurrida el 16 de octubre.

La figura penal por la que quedó imputado el hombre de negocios que acompañó al músico durante los días que pasó en nuestro país fue abandono de persona.

En las últimas horas, la Justicia ordenó una serie de allanamientos que se concretaron en el hotel de Palermo, en la calle Costa Rica al 6000, donde murió el cantante tras caer del balcón de la habitación que ocupaba en el tercer piso; en un campo de polo, situado en General Rodríguez; en dos departamentos de Palermo, otro en Retiro y el restante en Abasto; en una casa situada en Tigre; en una vivienda de Homero al 2800, en Lomas de Zamora y en un inmueble situado en Ushuaia al 300, en Altos de Isidro Casanova, en el partido de La Matanza.

Los operativos se concretaron un día antes que los restos de Payne fueran llevados en un vuelo de British Airways a Gran Bretaña. La Justicia autorizó la entrega del cuerpo el viernes pasado, después que concluyeron los estudios toxicológicos e histopatológicos para determinar cuál fue la causa de la muerte del artista. El avión con los restos del cantante partió con demora debido a la asamblea realizada por el personal de la empresa a cargo del servicio de cargas y equipajes en el aeropuerto de Ezeiza.

Según fuentes de la investigación, ocho de los nueve domicilios allanados están relacionados a los tres imputados en el expediente que se instruye en el juzgado Criminal y Correccional N° 34, a cargo de la magistrada Laura Bruinard.

La decisión de los investigadores judiciales de identificar a los responsables de haber suministrado drogas a Payne se fundó en los resultados de la autopsia que indicaron que el artista había consumido cocaína antes de arrojarse desde su habitación del tercer piso al patio interno del hotel.

El único operativo realizado en un objetivo que no pertenece a ninguno de los tres acusados se realizó en la casa de Ushuaia al 300, en Altos de Isidro Casanova. Allí, en una construcción con un living comedor que también es cocina y habitación, vivía L., una de las dos mujeres que estuvieron con Payne horas antes de que se arrojó desde una altura superior a los 15 metros.

Consultada por LA NACION, la vecina afirmó que hacía tiempo que nadie vivía en esa casa. Sin embargo, la luz encendida y un perro que no cesaba de ladrar indicarían que la vivienda era habitada por alguien que se tuvo que marchar presurosamente.

Tanto L. como A. -iniciales de los nombres de pila de ambas mujeres- llegaron al hotel, supuestamente convocadas por Payne, a través de una aplicación de acompañantes llamada “Gemidos”. Según declaraciones de testigos, ambas mujeres quisieron cobrarle US$ 5000 dólares al artista, pero Payne se negó a pagar. Así se generó una discusión entre A. y L. con Payne, se excedió los límites de la habitación y llegó a la recepción.

Debido a que ambas mujeres se negaban a retirarse sin cobrar y a que Payne no quería pagar, uno de los encargados del hotel se comunicó con el amigo del exlíder de One Direction para que mandara el dinero. Pero no hubo respuesta del empresario argentino. Entonces, luego de la mediación del responsable de la recepción del hotel, L. y A. se retiraron.

Ambas mujeres fueron las últimas personas que vieron con vida a Payne y declararon como testigos. No obstante, una de ellas aparece en la mira de los investigadores judiciales debido a que no pudo explicar si Payne la convocó al hotel o fue alguno de los empleados.

La situación de la acompañante se complicó porque en la casa en la que vivía en Altos de Isidro Casanova, los investigadores hallaron un frasco con marihuana. Según pudo comprobar este cronista, después de la muerte de Payne, L. no regresó al lugar. Se estableció que pasó por la casa de su madre, situada en la misma zona de La Matanza.

Los funcionarios judiciales están sobre sus pasos debido a una serie de contradicciones en las que incurrió durante su declaración. Aunque todavía no fueron imputadas.

El rol del empresario argentino

Con respecto al amigo empresario de Payne, la imputación fue por su presunta responsabilidad en el abandono de persona del cantante. La tarde que el exlíder de One Direction murió, los investigadores lo llamaron a los celulares aportados por los responsables del hotel, pero nunca apareció.

Al día siguiente se presentó un abogado de un estudio importante y consultó si el empresario estaba acusado de algún delito. Ante la respuesta negativa, el amigo empresario de Payne concurrió por la tarde ante la Justicia y declaró como testigo. En su exposición dijo que había estado en el hotel el día Payne murió, pero los empleados dijeron que no lo vieron.

Debido a esta contradicción, al análisis de las comunicaciones telefónicas y a que habría creado un ambiente favorable que echó por tierra el tratamiento contra el consumo de drogas al que había sido sometido el artista, la Justicia imputó por el presunto incumplimiento del deber de cuidado al amigo empresario del exvocalista del grupo One Direction.

Este amigo de Payne, que se presentaba como manager pero que, en realidad, no era su representante le habría ocultado a la familia de la víctima que habría tenido una recaída con respecto a las drogas.

Según el artículo 106 del Código Penal, la condena para el delito de abandono de persona es de 2 a 6 años de prisión. “Sin embargo, la pena puede aumentar a 3 a 10 años de cárcel si el abandono resulta en un grave daño a la víctima o en su muerte”, establece la ley.

A raíz de que el mínimo de la pena que determina la legislación argentina es de tres años, la figura penal es excarcelable, situación que le permitiría al amigo de Payne, seguir el proceso en libertad. En coincidencia con esta circunstancia, la Justicia lo notificó de la formación de una causa penal en su contra, pero no le aplicó ninguna medida restrictiva de la libertad.

Distinta fue la situación del empleado de mantenimiento del hotel y del supuesto vendedor de droga. Ambos sospechosos fueron acusados de suministro de estupefacientes. Al tratarse de un delito más grave, la Justicia les prohibió que salieran del país.

Este empleado fue acusado de ser el presunto proveedor de la droga que había consumido el artista el día que murió. Dicha sustancia habría sido aportada por un dealer de Lomas de Zamora. Durante el allanamiento a la casa y al hotel, los investigadores revisaron su casillero y secuestraron anotaciones en las que habría detallado que lo comprometen y números de teléfono.

Los allanamientos ordenados por la jueza Bruinard terminaron con los secuestros de un frasco con marihuana, nueve celulares, tres computadoras personales y dos dispositivos de almacenamientos electrónicos portátiles.

Fuente: La Nación