La historia de un hombre estadounidense de 59 años que durante 20 años decidió, primero por problemas de salud y luego también como opción espiritual, no llevar zapatos.
En 2002 Joseph DeRuvo jr, fotógrafo e instructor de pilates, se quitó los zapatos. Y nunca volvió a ponérselos.
En una entrevista concedida a New York Times declaró: “Al principio decidí dejar los zapatos por el fuerte dolor que sentía en los dedos gordos de los pies, que tienen una gran protuberancia en la base y sobresalen agresivamente hacia los dedos meñiques en diagonal”. Al poco tiempo, Joseph se dio cuenta, con cierta sorpresa, de que andar descalzo estaba teniendo un efecto beneficioso en su vida.
Simplemente empecé a caminar sin llevar nada en los pies”, dice. Con las consecuencias imaginables: le pararon en un centro comercial, le señalaron delante de cafeterías, por no hablar de restaurantes. Al principio DeRuvo intentó explicar las razones de esa elección, pero luego lo dejó estar.
En la entrevista concedida a New York Times declaró: “La mayoría de la gente está convencida de que mis pies están enfermos, pero no saben que se han fortalecido con el tiempo. He aprendido que algunas partes de nuestro cuerpo pueden volverse sorprendentemente fuertes, e incluso mi médico dice que mis tobillos son más fuertes que la media”.
DeRuvo decidió correr todos los riesgos que conlleva no llevar calzado, pero encontró la manera de realizar cualquier actividad con seguridad. Constructor de profesión, tiene un taller en el garaje de su casa donde fabrica herramientas para actividades deportivas. Sólo cuando suelda se cubre los pies (con mocasines) para protegerlos de las chispas. Por si pisa algo afilado, lleva una funda de gafas de sol llena de pinzas para quitar las astillas.
Fuente: urban-life.it