Tras un fulminante avance, en la madrugada de este domingo los rebeldes de Siria llegaron hasta Damasco, declarando la capital “libre” del régimen del presidente Bashar al Assad, que gobernó el país “con mano de hierro” durante más de dos décadas.
El grupo fundamentalista Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), que ha encabezado el avance de los grupos insurgentes en la última semana, también informó en la red social Telegram que Al Assad había abandonado el país.
La huída del mandatario fue corroborada por el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores, el cual en la mañana de este domingo anunció que el gobernante abandonó su puesto y el país tras mantener negociaciones con “otros participantes en el conflicto armado”.
Moscú ha sido vital para que Al Assad haya podido mantenerse en el poder en los 13 años de guerra civil que ha asolado al país.
Previamente, la agencia Reuters aseguró, citando a dos fuentes gubernamentales sirias, que el mandatario había salido de Siria en un avión privado desde el aeropuerto internacional de la capital, donde se estaban viviendo escenas de caos mientras decenas de personas intentan abandonar el país.
En un mensaje emitido por la televisión estatal y Radio Damasco, los rebeldes proclamaron “el fin del régimen” y llamaron “a los muyaidines y los ciudadanos a respetar y preservar la propiedad del Estado libre de Siria”.
En apenas una semana, las distintas fuerzas rebeldes sirias han logrado hacerse con el control de Alepo y Hama, en el norte del país, y Deraa, en el sur, mientras este sábado conquistaron el enclave estratégico de Homs, que une Damasco con el norte y la costa mediterránea.
Ahora, la capital siria está bajo su dominio.
En la madrugada del domingo, hora local, empezaron a circular en las redes sociales videos que mostraban a combatientes rebeldes por las calles de Damasco y a decenas de personas celebrando.
El líder de HTS dijo en Telegram que había dado la orden a sus fuerzas de que no entraran en las sedes de las instituciones públicas de la capital, que “permanecerán bajo la supervisión del ex primer ministro, Mohammed Ghazi al Jalali, hasta que sean entregadas oficialmente”.
Sin embargo, el domingo luego de que comenzaran a circular grabaciones en las que se veía a personas saqueando y merodeando dentro del palacio presidencial, lo rebeldes anunciaron la imposición de un toque de queda de 13 horas (desde las 4 de la tarde hora local hasta las 5 de la mañana).
El ex primer ministro Al Jalali aseguró que permanece en Damasco y que está “dispuesto a ayudar a hacer lo mejor para el pueblo”.
En un discurso difundido en las redes sociales, el alto funcionario afirmó también que Siria “puede ser un país normal que establezca buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo”.
Grupos de rebeldes en Siria.
El líder de la oposición siria, Hadi al Bahra, también le aseguró al medio Al Arabiya que el gobierno de Al Assad cayó y que “terminó una época oscura de la historia de Siria”.
Al Bahra, que dirige la Coalición Nacional de la Revolución Siria y las Fuerzas de Oposición, subrayó que la situación en Damasco es segura.
“Mientras no levanten las armas contra ningún otro ciudadano y mientras permanezcan en sus hogares, estarán a salvo”, escribió en X.
“No habrá venganza o represalia, ni violaciones de los derechos humanos. Se respetará la dignidad de las personas y se preservará su dignidad”, añadió.
El paradero del ahora expresidente se desconoce. Sin embargo, Rusia, uno de sus principales aliados, confirmó que había dejado su puesto y el país, y que había ordenado a sus subalternos facilitar una transferencia pacífica del poder.
Moscú ha asegurado que no participó en esas negociaciones y que sus bases militares en Siria están en alerta máxima, pero no bajo amenaza.
“Estamos en contacto todos los grupos de la oposición siria”, aseguró el Ministerior ruso de Exteriores.
El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, también dejó entrever que Al Assad ya no está en el país.
Y desde los Emiratos Árabes Unidos se han negado a confirmar o desmentir el exgobernante haya buscado refugio en Abu Dabi.
La noticia del derrocamiento de Al Assad fue saludada por varios gobiernos occidentales.
“El Estado bárbaro ha caído finalmente”, escribió el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien exaltó el “coraje y la paciencia del pueblo sirio”.
El canciller alemán Olaf Sholtz también calificó de “buena noticia” el fin del regimen sirio, el cual dijo “oprimió brutalmente a su gente”, reseñó AFP.
Por su parte, desde Reino Unido, la viceprimera ministra Angela Rayner dio la “bienvenida” a los acontecimientos de Siria.