Por Kelvin de la Cruz
Las últimas horas de vida de Naim Contreras Aristy, un joven de apenas de 16 años de edad parece sacada de un guion para una película, pero es real. Ocurrió en nuestros tiempos y en nuestras propias narices.
Naim vivía en Higüey, provincia La Altagracia, estudiante de bachillerato en el colegio Juan XXlll de La Salle.
El pasado viernes 15 de abril, salió con un amigo y compañero Saúl Solís Rijo Hernández, de estudio a dar una vuelta en un motor. Mientras se deslazaban por una de las calles del municipio de Higüey fueron embestido por un hombre que conducía un carro en estado de embriaguez.
Los vecinos del lugar donde se produjo el accidente inmediatamente comenzaron a llamar al Sistema de Emergencias 911, pero la ambulancia llegó una hora después de haber recibido la primera llamada, para entonces Naim, quien estaba en peores condiciones que su amigo había perdido mucha sangre y su estado era grave.
El 911 procedió a llevarlo al hospital de Higüey, pero cuando llegaron al centro lo rechazaron porque no había un especialista que pudiera atender la gravedad del caso, mientras Naim continuaba desangrándose.
Lo trasladaron a una clínica privada para que fuera atendido por la fractura de una pierna. Cuando llegaron a la emergencia, el centro le pidió que para poder ingresarlo necesitaba un deposito de treinta mil pesos, de lo contrario no podían darle ninguna atención.
En ese momento es que logran comunicarse con los familiares de Naim y el padre Joaquín Contreras llega al centro médico desesperado, pero se encuentra con la situación de que debe dar como garantía la suma de treinta mil pesos para que el adolescente ya moribundo reciba atenciones médicas.
El padre le dice que no anda con todo ese dinero encima, pero que pueden contar y que por la mañana lo entrega debido a que por mala suerte era muy tarde en la noche, mientras ruega atiendan a su hijo.
La clínica no cedió y el padre se vio obligado a salir a buscar el dinero.
Cuando el padre regresa a la clínica con el dinero, ya era tarde, Naim con apenas de 16 años y todo un futuro por delante había fallecido.
La vida de Naim no valió nada, ¿por eso nos hacemos la pregunta quién mató a Naim? un borracho irresponsable al volante lo atropella, un Sistema de Emergencia no llegó a tiempo para darle primeros auxilios, un hospital público que no contaba con un especialista para la gravedad de su caso y un centro medico privado que le exigió la garantía de 30 mil pesos para ser atendido a un joven agonizando.
Naim fue sepultado el pasado sábado