Cuando la actriz estadounidense Meghan Markle se casó con el príncipe Enrique y empezó a formar parte de la realeza británica, perdió una gran parte de la libertad de la que gozaba antes y llegó a sentirse muy sola y aislada, sin poder encontrarse con sus amistades debido a la omnipresencia de los reporteros, según sus propias declaraciones en una entrevista concedida a Oprah Winfrey.
“Estoy por todas partes pero no estoy en ninguna parte”, comentó Markle, tras agregar que incluso se quedó sin poder salir de casa durante meses.
Markle asegura que la silenciaban como representante de la familia real, pero se equivocó al pensar que a cambio de su silencio sobre los detalles de su vida privada, la iban a proteger.
“No solo no estaba protegida, sino que estaban dispuestos a mentir para proteger a otros miembros de la familia, pero no estaban dispuestos a decir la verdad para protegerme a mí y a mi esposo”, declaró, aunque al mismo tiempo destacó que había sido bien recibida en la familia pero no tanto por “las personas que dirigen la institución.”
“La reina siempre ha sido maravillosa conmigo”, enfatizó Markle, recordando que Isabel II le regaló pendientes de perlas con un collar y hasta compartió una manta con ella para que se cubriera las rodillas y no pasara frío cuando iban en coche en una ocasión.
Durante su vida bajo la corona británica, Markle tuvo pensamientos suicidas y en cierto momento ya no veía “una solución” para su sufrimiento mental, pero a la hora de pedir ayuda profesional, los empleados de la monarquía le negaron, afirmando que no sería bueno para la imagen pública de la familia.
Después de la boda real, la actriz no podía usar su pasaporte o tarjetas de crédito porque le quitaron todo y se sintió atrapada. “Todo esto estaba pasando solo porque estaba respirando”, afirmó Markle. “Simplemente ya no quería seguir viva”, agregó.
La exintegrante de la realeza británica, además, lamentó que la familia real no hiciera intentos para desmentir los reportes mediáticos de que supuestamente hizo llorar a Kate Middleton pese a que todos sabían que no era verdad. Al respecto, declaró que fue Kate la que le hizo llorar a ella durante los preparativos para la boda por una discusión sobre los vestidos de las niñas de las flores, pero luego la esposa del príncipe Guillermo se disculpó y el incidente fue resuelto.
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