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Publicado el noviembre 15, 2022 | 8:00 am

La Tierra alcanza los 8.000 millones de habitantes este 15 de noviembre y nació en RD

La Organizaciones de Naciones Unidas (ONU) dice que la Tierra alcanzó este 15 de noviembre los 8.000 millones de habitantes, solo 11 años después de que se alcanzaran los 7.000.

Según Naciones Unidas el 15 de noviembre el planeta tendrá 8.000 millones de habitantes. No obstante, esa marca histórica llega en medio de un ambiente sombrío: el cambio climático ha hecho de este verano uno de los más calientes en el hemisferio norte, donde casi todos los países han experimentado temperaturas sobre los 40ºC. El hambre agobia a casi 1.000 millones de personas, según la misma ONU, en 2021 por lo menos 828 millones de personas contaban con una alimentación insuficiente, es decir un décimo de la población padece hambre.

La pandemia y la guerra en Ucrania, que es uno de los mayores productores de cereales del mundo, han agravado esa condición y han hecho retroceder el combate a la pobreza, que además del hambre incluye una mejora en los sistemas sanitarios y de salud, que durante la pandemia reflejaron aún más las terribles desigualdades entre los países y también entre las sociedades.

Por causa de la guerra en Ucrania y por los rezagos y pese a las catástrofes, las guerras y la hambruna en algunos continentes el crecimiento poblacional seguirá su curso.

La misma ONU pronostica que para 2100 la población llegará a los 10,8 mil millones de habitantes, aunque su composición será muy diferente a la actual.

En 2023 China dejará de ser el país más poblado de la Tierra. Para ese año China tendrá 1,3 mil millones, pero India alcanzará 1,4 mil millones de personas y su curva no declinará por lo que será la más poblada hasta 2050 con 1,64 mil millones de personas.

Entre 1979 y 2015, China adoptó la política de un solo hijo por familia, uno de los ejemplos más crueles de lo que es capaz un gobierno autoritario, que obligaba a abortar un segundo hijo y que penalizaba con menos raciones de comida a quienes no hubieran abortado un segundo hijo. Paradojas de la vida, esa política dejó al país con un exceso de hombres, que tienen dificultades para encontrar pareja y con las parejas acostumbradas a ser familia de tres.

En consecuencia, el declive ha hecho que aumente la proporción de personas de mayor edad, que demanda otro tipo de servicios e impone una carga en los más jóvenes. Tampoco hay suficientes manos para sustentar la producción industrial en la economía. Por esta razón el Régimen actual ha tratado de reversar la política poblacional, pero los hábitos tan dolorosamente adquiridos son difíciles de revertir.

Con la expansión de la población ha llegado una gran división. Algunos ven nuestros números crecientes como una historia de éxito sin precedentes.

De hecho, hay una escuela de pensamiento emergente que defiende que en realidad necesitamos más personas.

En 2018, el multimillonario tecnológico Jeff Bezos predijo un futuro en el que nuestra población alcanzará un nuevo hito decimal, en la forma de un billón de humanos dispersos por nuestro Sistema Solar, y anunció que está planeando formas de lograrlo.

Mientras tanto, otros, incluido el locutor británico e historiador natural David Attenborough, han etiquetado a nuestro masivo enjambre humano como una “plaga para la Tierra”.

Desde este punto de vista, casi todos los problemas ambientales que enfrentamos actualmente, desde el cambio climático hasta la pérdida de biodiversidad, el estrés hídrico y los conflictos por la tierra, se remontan a nuestra reproducción desenfrenada durante los últimos siglos.

Allá por 1994, cuando la población mundial era de “apenas” 5.500 millones, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en California, calculó que el tamaño ideal de nuestra especie estaría entre 1.500 y 2.000 millones de personas.

Entonces, ¿está sobrepoblado actualmente el mundo? ¿Y qué podría deparar el futuro para el dominio global de la humanidad?

Una preocupación ancestral

En la obra magna de Platón, “La República”, escrita alrededor del año 375 a.C., el filósofo describe dos ciudades-estado imaginarias. Una es saludable y la otra es “lujosa” y “febril”.

En esta última, la población gasta y devora en exceso, entregándose al consumismo hasta “sobrepasar el límite de sus necesidades”.

Esta ciudad-Estado moralmente decrépita finalmente recurre a apoderarse de las tierras vecinas, lo que naturalmente desemboca en una guerra: simplemente no puede mantener a su gran población codiciosa sin recursos adicionales.

Platón se había topado con un debate que todavía está vivo hoy: ¿el problema es la población humana o son los recursos que consume?

En su famoso trabajo, “Un ensayo sobre el principio de la población”, publicado en 1798, Thomas Malthus, un clérigo inglés con una inclinación por el pesimismo, comenzó con dos observaciones importantes: que todas las personas necesitan comer y que les gusta tener relaciones sexuales.

Cuando se lleva a su conclusión lógica, explicó, estos simples hechos conducen a que las demandas de la humanidad superen los suministros del planeta.

“La población, cuando no se controla, aumenta en una proporción geométrica. La subsistencia aumenta solo en una proporción aritmética. Un ligero conocimiento de los números mostrará la inmensidad del primer poder en comparación con el segundo”, escribió Malthus.

En otras palabras, un gran número de personas conduce a un número aún mayor de descendientes, en una especie de circuito de retroalimentación positiva, pero nuestra capacidad para producir alimentos no necesariamente se acelera de la misma manera.

Estas simples palabras tuvieron un efecto inmediato, encendiendo un miedo apasionado en algunos y la ira en otros, lo que continuaría reverberando en la sociedad durante décadas.

El primer grupo pensó que había que hacer algo para evitar que nuestros números se descontrolaran. El segundo, que limitar el número de personas era absurdo o poco ético, y en su lugar se debería hacer todo lo posible para aumentar el suministro de alimentos.

Cuando se publicó el ensayo de Malthus, había 800 millones de personas en el planeta.

Sin embargo, no fue sino hasta 1968 que surgieron las preocupaciones modernas sobre la sobrepoblación global, cuando un profesor de la Universidad de Stanford, Paul Ehrlich, y su esposa, Anne Ehrlich, escribieron “La bomba demográfica”.