El país|Opinión
Publicado el junio 21, 2025 | 10:54 am

La “guillotina” para Zulinka, en la “revolución” de las redes sociales

Por Kelvin de la Cruz

Durante la audiencia en contra de los hermanos Antonio y Maribel Espaillat por el caso del Jet Set, los abogados de la defensa presentaron una lista donde cerca de cuarenta personas llegaron a un acuerdo con la familia Espaillat debido a que fueron afectadas por el derrumbe del techo de la discoteca que mató 235 personas el pasado 8 de abril.

Entre los que firmaron dicho acuerdo está Zulinka Pérez, hija del cantante Rubby Pérez, fallecido durante la tragedia. Zulinka resultó afectada y salvó su vida de milagros junto a su esposo y otros miembros de la orquesta que se presentaba cuando el techo se cayó.

A partir de que se conociera que Zulinka recibió un millón de pesos para no demandar a la familia Espaillat, comenzaron los ataques contra ella.

Periodistas, comunicadores, comentaristas tanto de radio, televisión y plataformas digitales, así como las personas que comentan en las redes sociales, no han tenido reparo en sus ataques contras Zulinka de una forma tan descomunal y visceral que no hay punto de comparación en los últimos tiempos.

Hemos escuchado a periodistas decir que ella vendió a su padre por un millón de pesos. Que Zulinka los ha decepcionado.

Los ataques que una gran parte de esta sociedad ha hecho contra esta mujer me ha llevado a pensar que, si estuviéramos en otra época distinta, definitivamente Zulinka hubiera terminado como la reina francesa María Antonieta, decapitada en la guillotina o quizás terminaría quemada en la hoguera por la inquisición española.

Por suerte para Zulinka, ya no existe la inquisición española y mucho menos estamos en medio de la revolución francesa para llevarla a la guillotina.  

La nueva guillotina está en las redes sociales y plataformas digitales. No te matan físicamente, pero en segundos, cualquier ciudadano con un celular en la mano y un paquetico de internet se siente con todo el derecho de montarse en una ola de ataques, promovida por periodistas y comunicadores con el fin de aniquilar tu moral y estado emocional para siempre.

Ahora bien, me hago las siguientes preguntas

¿Quiénes somos nosotros para cuestionar el acuerdo al que llegó Zulinka que salvó esa noche su vida de milagros y quedó atrapada entre los escombros?

Zulinka está en todo el derecho como afectada de hacer lo que ella entienda y nadie tiene que juzgarla o sacrificarla por eso.

¿Quién ha cuestionado a la familia Grullón, dueña del grupo Popular que perdieron a varios familiares y aún no han demandado a la familia Espaillat?.

¿Quién ha cuestionado al ministro de Obras Pública Eduardo Estrella, que perdió a su hijo en el Jet Set y no ha demandado a Antonio Espaillat?.

Si las familias que resultaron afectadas en el caso del Jet Set deciden demandar, no demandar o llegar a un acuerdo, en esas tres opciones nuestro papel como sociedad es apoyarlas y respetarlas.

Cada familia tiene el derecho de hacer lo que quiera y hay que respetarlo. Lo que están haciendo con Zulinka Pérez no es justo.

Esta discusión donde tenemos que ir a tenerla es frente al Congreso Nacional para exigirle a los 190 diputados y los 32 senadores que aprueben el nuevo código penal que llevan más de 20 años dando vueltas y no lo terminan de aprobar.

Un código penal donde haya cúmulo de penas. Que, si en un negocio por negligencia del dueño pasó una tragedia y hubo varios fallecidos y heridos que pueda ser juzgado por cada uno de los afectados, no por un solo como ahora establece el Código Penal.

Recordemos que hace dos años los legisladores se fueron a un resort a Punta Cana de fin de semana, para estudiar la reforma al Código Penal y no pasó nada.

Se han volcado en comentarios de odio hacia Zulinka y luego nos quejamos de lo mal que vamos en esta sociedad.

Es momento de hacer un alto y revisarnos, de lo contrario llegaremos a un punto donde ya no tendremos marcha atrás.