Utah, EE. UU. Uno de esos lugares que no puedes dejar de visitar si vas al estado de Utah, en Estados Unidos, es la Isla Antílope, un lugar paradisiaco que conjuga la belleza natural en todo su esplendor.
Con una superficie de 109 kilómetros cuadrados, ubicada en el condado de Davis, a unos cuarenta minutos de Salt Lake City, capital del estado, está dentro del Gran Lago Salado.
El lugar se presta para realizar largas caminatas, recorrerla en bicicletas, motos o incluso en vehículos, ya que tiene carreteras bien asfaltadas que dan la vuelta completa a la Isla.
Los visitantes, cuentan además con miradores desde donde pueden apreciar la dimensión de la isla, mientras admiran su belleza escénica.
Avistar animales exóticos
Allí además cientos de especies conviven en su ambiente natural protegido como parque estatal de Utah. Durante nuestro recorrido pudimos avistar bisontes o búfalos, que son sin dudas el mayor atractivo para quienes visitan la Isla. También es posible ver, ciervos mulos, borregos cimarrones y muchos otros animales del desierto que viven en libertad. Millones de aves se congregan a lo largo de las costas que rodean la isla, lo que ofrece oportunidades incomparables para la observación de aves.
La Isla Antílope, de un rancho privado a un parque estatal
A partir de la llegada de los pioneros mormones en el Valle del Lago Salado, originalmente este lugar era utilizado como un rancho para el ganado vacuno y ovino.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días envió a Fielding Garr, uno de los pioneros mormones, para vivir en la isla y manejar el Rancho. La iglesia controló el rancho en la isla desde 1848 hasta aproximadamente 1870. Luego fue comprada en 1870 por John Dooly, quien la dirigió hasta 1981.
A principios del siglo XX, a causa de su fauna y belleza escénica, algunos sugirieron que la isla debería convertirse en un parque nacional. Luego A. H. Leonard compró la isla y la manada de bisontes de la familia Dooly en 1924, y estuvo de acuerdo con una propuesta para convertirla en un parque nacional, pero el Congreso no tomó ninguna medida al respecto.
Para el año 959, el senador Frank E. Moss de Utah pidió al Servicio de Parques Nacionales de los EE. UU., que consideraran el Gran Lago Salado para su inclusión en el Sistema de Parques Nacionales. La propuesta comenzó a recibir gran apoyo, pero la Isla del Antílope era un lugar privado. El estado de Utah compró la parte este de la isla en 1969 y adquirió el resto en 1981, lo que dio a la creación del parque de ese mismo año.
Actividades que se realizan en la isla
Un festival de globos de aire caliente se celebra anualmente, al principio de septiembre, en torno al Día del Trabajo. Observación de aves en la isla Antílope es bien conocida. Senderismo y ciclismo son otras actividades muy populares, pero el agua es escasa y hay pocos árboles en la isla. Aunque no es estrictamente una isla desierta, no hay habitantes permanentes humanos y las condiciones son muy secas y puede ser muy calorosa durante el verano. El agua dulce no está fácilmente disponible en la isla, aunque hay algunos manantiales naturales, sobre todo en la espina montañosa en el medio de la isla y hacia el extremo sur de la isla.
Por qué se llama Isla Antílope y de dónde llegaron los bisontes
La isla Antílope tiene una gama única de vida silvestre y es famosa por su población grande de bisontes, de la Manada de Bisontes de la Isla Antílope. Aunque la isla fue nombrada por los Berrendo (Pronghorn Antilope) que John C. Fremont y Kit Carson descubrieron en la isla, al explorar el Gran Lago Salado, bisontes (American Buffalo) se introdujeron más tarde.
Todos los bisontes en la isla tuvieron su inicio cuando, “Doce bisontes, 4 toros (machos), 4 vacas (hembras) y 4 terneros fueron traídos en barco a la isla el 15 de febrero de 1893 por William John Glassman y John Dooly. Estos doce animales sentaron las bases para lo que se ha convertido en una de las manadas de bisontes más grandes y antiguas de propiedad pública de la nación.”
La Isla Antílope es visitada cada año por miles de turistas locales, de otros estados de Estados Unidos y extranjeros que se confunden en una experiencia difícil de explicar con palabras.