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Publicado el septiembre 8, 2022 | 10:24 pm

El final de una era: así fue la vida de la reina Isabel II

El fallecimiento se produce poco después de que la monarca más longeva del Reino Unido celebrara su 70º aniversario en el trono, su Jubileo de Platino. Todo el país se unió durante el día festivo para honrar la ocasión y rendir tributo a su reinado sin precedentes a través del Desfile del Estandarte.

La reina fue una voz tranquilizadora para muchos ciudadanos de Reino Unido mientras el país hacía frente a los sucesivos confinamientos y restricciones por el coronavirus, que ella misma contrajo en febrero de 2022.

En su mensaje de Navidad de 2020 alabó los esfuerzos de los ciudadanos y pidió a la nación que permaneciera unida y decidida ante la pandemia. Y en un conmovedor vídeo para conmemorar el 75º aniversario del Día de la Victoria en 2020, lanzó un mensaje de esperanza con las palabras del himno de guerra de Dame Vera Lynn: “Nos volveremos a encontrar”.

La familia real ya sufrió una gran pérdida en abril de 2021, cuando falleció el príncipe Felipe de Edimburgo, quien fue consorte de la reina durante 73 años. Toda la realeza siguió las restricciones por la pandemia y se sentó separada durante el funeral televisado. La reina se sentó sola.La reina fue muy elogiada por volver a sus deberes reales tras un periodo de luto de solo dos semanas por el Duque de Edimburgo, al que se refirió como su “fuerza y apoyo”.

La noticia de su muerte marca el final de una nueva era que comenzó cuando la princesa de 25 años se convirtió en la reina Isabel II tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI, en la madrugada del 6 de febrero de 1952.

El 9 de septiembre de 2015 se convirtió en la monarca que más tiempo ha reinado en la historia de Gran Bretaña, superando el récord establecido por su tatarabuela la reina Victoria. Para ello se tuvieron en cuenta 63 años más 16 días bisiestos, meses y días adicionales desde el momento de la muerte de Jorge VI.

La princesa Isabel saluda desde el carruaje en Londres en 1928.
La princesa Isabel saluda desde el carruaje en Londres en 1928.
La reina madre (entonces duquesa de York) con su marido, el rey Jorge VI (entonces duque de York), y su hija Isabel II en su bautizo en mayo de 1926.
La reina madre (entonces duquesa de York) con su marido, el rey Jorge VI (entonces duque de York), y su hija Isabel II en su bautizo en mayo de 1926.

Con la muerte del rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia, de 88 años, en 2016, la reina Isabel II se convirtió en la monarca viva más longeva del mundo. La princesa Elizabeth Alexandra Mary nació por cesárea el 21 de abril de 1926 en Londres en casa de sus abuelos maternos: el 17 de Bruton Street, Mayfair, mientras el ministro del Interior Sir William Joynson-Hicks esperaba en la habitación de al lado.

La presencia del ministro del Interior era una costumbre destinada a garantizar que no se produjeran sustituciones. Al parecer, uno de los primeros actos de la princesa Isabel fue bostezarle a Sir William.

El padre de Isabel, Jorge VI, solo se convirtió en rey tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII en 1936. Cuando ella nació, no estaba previsto que la princesa ocupara el trono.La princesa Isabel se casó con el teniente Philip Mountbatten de Grecia a la edad de 21 años en la Abadía de Westminster en 1947 ante 2000 invitados. Iba vestida con un vestido de seda marfil de Norman Hartnell, decorado con 10.000 perlas, cristales brillantes y una intrincada cola de 4 metros con estrellas. El vestido se compró con cupones de racionamiento de alimentos, ya que Reino Unido seguía en crisis tras la II Guerra Mundial. Philip, de 26 años, acababa de servir en la Marina Real.

La princesa Isabel y el duque de Edimburgo en su boda en 1947.
La princesa Isabel y el duque de Edimburgo en su boda en 1947.
La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo en su aniversario en 2007.
La reina Isabel II y Felipe de Edimburgo en su aniversario en 2007.

Otros 200 millones de personas siguieron por radio la retransmisión de la boda y miles se congregaron en las calles para ver el espectáculo.

La pareja había empezado a intercambiar cartas en 1939, cuando Isabel tenía 13 años y Felipe, 18, y su amistad fue creciendo con los años.

Después de su boda, la pareja vivió de forma intermitente en la isla de Malta entre 1949 y 1951, mientras el duque servía en el HMS Chequers con la Flota del Mediterráneo.Villa Guardamangia, una mansión de estilo palaciego en las afueras de la capital, La Valeta, fue un hogar muy querido por la pareja en los primeros años de su matrimonio. Su estancia en Malta les ofreció su única experiencia real de vida como una pareja relativamente común.

Disfrutaban de fiestas, picnics y viajes en barco, y la princesa cuenta que pudo incluso ir a la peluquería por primera vez en su vida. En 2015, durante un viaje oficial, la reina recordó: “Visitar Malta es siempre muy especial para mí. Recuerdo días felices aquí con el príncipe Felipe [de Edimburgo] cuando estábamos recién casados”.

La princesa Isabel y el duque de Edimburgo, celebrando el 24º cumpleaños de ella en Villa Guardamangia, Malta.
La princesa Isabel y el duque de Edimburgo, celebrando el 24º cumpleaños de ella en Villa Guardamangia, Malta.

La princesa Isabel se alojaba en un exclusivo hotel-árbol en Kenia en 1952 cuando fue informada de la muerte de su padre.

La exdama de honor Pamela Hicks recordó: “Subió siendo princesa. El rey murió esa noche. Bajó siendo reina”.

Felipe de Edimburgo se enteró antes que ella y se cubrió la cara con un periódico, murmurando “esto va a ser un shock”. La llevó a dar un paseo por los jardines y le comunicó el fallecimiento de su padre y que ahora iba a ser reina.

Hotel Treetops, en Kenia. Fue aquí donde la princesa Isabel se enteró de la muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Hotel Treetops, en Kenia. Fue aquí donde la princesa Isabel se enteró de la muerte de su padre, el rey Jorge VI.
Isabel II pisa suelo británico por primera vez tras la muerte de su padre. Al pie de la escalerilla del avión la esperan Clement Attlee y el entonces primer ministro Winston Churchill.
Isabel II pisa suelo británico por primera vez tras la muerte de su padre. Al pie de la escalerilla del avión la esperan Clement Attlee y el entonces primer ministro Winston Churchill.

Los hijos de la pareja, el príncipe Carlos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo, nacieron entre 1948 y 1964, todos en el Palacio de Buckingham.

El nacimiento de Carlos, el 14 de noviembre de 1948, fue el primero en siglos sin la presencia de un ministro del gobierno durante el nacimiento de un futuro heredero al trono. La ocasión fue festejada públicamente iluminando las fuentes de Trafalgar Square de azul. El duque de Edimburgo estaba jugando al squash mientras su esposa estaba de parto.

Al igual que Victoria en el siglo anterior, Isabel fue una figura de continuidad mientras el país se modernizaba. Durante el siglo XX y hasta bien entrado el siglo XXI, fue jefa de Estado, de las fuerzas armadas y de la Mancomunidad de Naciones.

Fue testigo de incontables avances tecnológicos y de una sucesión de gobiernos británicos de distinto signo político.Isabel II conoció a todos los presidentes estadounidenses de su reinado, excepto a uno.

La reina Isabel II y el príncipe Carlos en el Palacio de Buckingham en 1948.
La reina Isabel II y el príncipe Carlos en el Palacio de Buckingham en 1948.
El presidente John Kennedy con su esposa Jackie, reunidos con la reina y el duque de Edimburgo en el Palacio de Buckingham en Londres, 1961.
El presidente John Kennedy con su esposa Jackie, reunidos con la reina y el duque de Edimburgo en el Palacio de Buckingham en Londres, 1961.
El presidente de Estados Unidos Ronald Reagan monta a caballo en el parque de Windsor con la reina.
El presidente de Estados Unidos Ronald Reagan monta a caballo en el parque de Windsor con la reina.

Lyndon B. Johnson, que asumió el poder en 1963 tras el asesinato de John F. Kennedy, nunca llegó a cruzar su camino con el de la Reina. En cambio, el presidente Donald Trump, que visitó Gran Bretaña tres veces durante su reinado, presumió de tener “química automática” con ella y la elogió como una “mujer espectacular”.

El actual presidente, Joe Biden, asumió su cargo en enero de 2021 y realizó su primer viaje oficial al extranjero en junio para visitar Reino Unido y a la reina.Isabel II alcanzó numerosos hitos durante sus siete décadas en el trono. En diciembre de 2007 se convirtió en la monarca británica más longeva, superando a la reina Victoria, que murió a los 81 años, y en mayo de 2011 se convirtió en la segunda monarca con el reinado más longevo de la historia británica al superar a Jorge III.

Según el Guinness World Records, la Reina también ostenta el récord mundial de mayor número de monedas de distintos países con su rostro grabado.

El desfile fluvial de su Jubileo de Diamante en 2012 estableció un nuevo récord mundial de número de barcos en un desfile, con más de 1000 embarcaciones participantes y 670 que realizaron el recorrido completo por el Támesis hasta el Tower Bridge.

La princesa Diana con la reina Isabel II en el 87º cumpleaños de la reina madre, en Clarence House, en 1987.
La princesa Diana con la reina Isabel II en el 87º cumpleaños de la reina madre, en Clarence House, en 1987.
La reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo durante el desfile fluvial del Jubileo de Diamante en 2012.
La reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo durante el desfile fluvial del Jubileo de Diamante en 2012.

El “segundo cumpleaños” de la monarca (es decir, la celebración oficial) se celebra el segundo sábado de junio de cada año y se conmemora con el Desfile del Estandarte. La tradición del doble cumpleaños fue introducida en 1748 por el rey Jorge II, que nació en noviembre. Como quería una gran celebración pública y en noviembre estaba casi siempre nublado o lluvioso, el rey decidió celebrar un desfile de cumpleaños en los meses más soleados y combinarlo con un desfile militar anual.

La reina Isabel II fue también la primera monarca británica en enviar un correo electrónico, en hacer llegar un mensaje a la Luna, en realizar un “paseo” real sin vehículo y en celebrar un concierto público en su jardín trasero.

Cada año, sin falta, la reina se retiraba a Balmoral, en Aberdeenshire, durante los meses de verano, donde se dice que todos la veían más feliz. Era su residencia privada y llegó a ella tras pasar por generaciones de miembros de la realeza desde que el príncipe Alberto la compró para la reina Victoria en 1852.

El príncipe Andrés en el regazo del príncipe Felipe de Edimburgo durante un picnic en los terrenos del Castillo de Balmoral. También aparecen la reina Isabel, el príncipe Carlos y la princesa Ana.
El príncipe Andrés en el regazo del príncipe Felipe de Edimburgo durante un picnic en los terrenos del Castillo de Balmoral. También aparecen la reina Isabel, el príncipe Carlos y la princesa Ana.
La reina en el Castillo de Balmoral con algunos de sus perros en 1952.
La reina en el Castillo de Balmoral con algunos de sus perros en 1952.

Victoria describió Balmoral como su “cielo en la Tierra” y fue donde buscó consuelo tras la muerte del príncipe Alberto. La habitual estancia de dos meses de la reina Isabel II en agosto y septiembre incluía tradicionalmente una visita al cercano Braemar Gathering, donde presidía los Juegos de las Tierras Altas de Escocia.La princesa Eugenia, nieta de la reina y del duque de Edimburgo, describió en una ocasión Balmoral como el lugar más hermoso del planeta.“Paseos, picnics, perros (muchos perros, siempre hay perros) y gente entrando y saliendo continuamente”, dijo.“Es una residencia encantadora para la abuela y el abuelo, para que vayamos a verlos allí; donde hay espacio para respirar y correr”.En Balmoral se forjaron años de felices recuerdos reales, como las barbacoas familiares (en las que Felipe cocinaba y la Reina fregaba) y cada mañana un gaitero solista tocaba bajo la ventana del dormitorio de la reina.En los últimos tiempos, la reina había vivido la mayor crisis a la que se había enfrentado la familia real en años, después de que su supuesto “hijo favorito”, el príncipe Andrés, concediera una entrevista en televisión sobre su amistad con el difunto delincuente sexual Jeffrey Epstein.Esto provocó protestas públicas y se decidió, en una medida sin precedentes, que el príncipe Andrés se apartara de sus funciones públicas durante el “futuro inmediato”. El príncipe Andrés mantuvo un perfil bajo, pero volvió a aparecer en el punto de mira cuando una de las presuntas víctimas de Epstein inició una demanda civil también contra él.Y a principios de 2020, su nieto Harry y su nueva esposa, la actriz Meghan Markle, desencadenaron una importante crisis real cuando tomaron la decisión de dejar de ser miembros de la alta realeza por motivos de libertad personal y financiera, en un movimiento que fue bautizado por los medios como Megxit.La reina no habló públicamente de ninguno de los dos asuntos.Isabel II ya había calificado 1992 como su annus horribilis, tras una serie de escándalos relacionados con sus hijos.El príncipe Carlos se separó de Diana, su primera esposa; la princesa real se divorció, y Sarah Ferguson, la aún esposa (ya separada) de Andrés, apareció en portadas en topless mientras un hombre le chupaba los dedos de los pies.Ese año la opinión pública se volvió contra la realeza ante el temor de que los contribuyentes tuvieran que pagar las reparaciones del castillo de Windsor tras un incendio. Al final, la reina aceptó pagar el 70% de los 36,5 millones de libras de los costes y abrió por primera vez el Palacio de Buckingham al público para generar ingresos extra.También se anunció que pagaría por primera vez el impuesto sobre la renta y reduciría el presupuesto de la Lista Civil.

La reina en el Castillo de Windsor tras el incendio de 1992.
La reina en el Castillo de Windsor tras el incendio de 1992.
La reina en el 10 de Downing Street en la cena de despedida del primer ministro saliente Harold Wilson.
La reina en el 10 de Downing Street en la cena de despedida del primer ministro saliente Harold Wilson.

Con un reinado que abarca muchos gobiernos británicos bajo 14 primeros ministros y docenas más en la Mancomunidad de Naciones, la reina vivió dificultades constitucionales a lo largo de los años.

La decisión de Boris Johnson de prorrogar el Parlamento en septiembre de 2019, una orden aprobada por la reina, fue la que llevó a la monarca al debate político más polémico y divisivo de los últimos tiempos.

Sin embargo, la atención de la reina a sus funciones constitucionales ha sido alabada por muchos de sus primeros ministros.Los políticos sabían que no debían ir al Palacio de Buckingham si no estaban totalmente preparados.

El ex primer ministro Harold Wilson confesó una vez que se sentía como un niño que no ha hecho los deberes cuando la reina mencionaba un documento que no había leído.

En el documental Elizabeth R, grabado en 1992 con motivo de su 40º aniversario en el trono, la reina valoraba la importancia de sus reuniones con sus primeros ministros.

“Se desahogan o me cuentan lo que les pasa o si tienen algún problema, y a veces también puedo ayudarles de alguna manera”, dijo. “Saben que puedo ser imparcial y es agradable sentir que la otra persona es una esponja”. “De vez en cuando uno puede explicar su punto de vista y quizás la otra persona no lo había visto desde esa perspectiva”.

Como Jefa de Estado, la reina era políticamente neutral y actuaba siguiendo el consejo de su Gobierno en asuntos políticos, pero sus conocimientos políticos eran muy respetados por ser extraordinarios.

La reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo sentados en los tronos de la Cámara de los Lores en la apertura estatal del Parlamento en 2013.
La reina Isabel II y el príncipe Felipe de Edimburgo sentados en los tronos de la Cámara de los Lores en la apertura estatal del Parlamento en 2013.
La reina en la boda de su nieto el príncipe Harry con la actriz estadounidense Meghan Markle en mayo de 2018.
La reina en la boda de su nieto el príncipe Harry con la actriz estadounidense Meghan Markle en mayo de 2018.

Rara vez expresaba su opinión sobre los asuntos de actualidad, pero de vez en cuando era captada por las cámaras revelando sus verdaderas opiniones, como cuando expresó su frustración con los líderes mundiales que “hablan pero no act” en cuanto a la crisis climática.

Cada semana recibía informes del primer ministro, y decenas de documentos gubernamentales pasaban por su mesa para su aprobación formal.A la reina le sobreviven sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo) y sus 17 nietos y bisnietos.

Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.