El Mundo
Publicado el octubre 8, 2024 | 11:23 am

Asesinan y decapitan a un alcalde en México una semana después de asumir su cargo

El alcalde de la capital de un estado del suroeste de México fue asesinado el domingo, menos de una semana después de haber asumido el cargo. La muerte del funcionario público fue la segunda en cuestión de días en Chilpancingo, la capital del estado de Guerrero, e hizo eco de algunos de los días más sombríos de la guerra contra el narco en el país.

Alejandro Arcos Catalán, de 43 años, tomó posesión el lunes pasado como alcalde de Chilpancingo. Justo antes de que asumiera el cargo, la región estaba afectada por fuertes lluvias y azotada por los vientos del huracán John.

El domingo, Arcos Catalán visitó algunas comunidades afectadas, llevando agua y otros suministros a los residentes. “Estamos trabajando a marchas forzadas para reabrir los caminos en las comunidades afectadas”, dijo en las redes sociales. “Juntas y juntos reconstruiremos Chilpancingo”.

Horas después, su asesinato fue confirmado por la fiscalía general de Guerrero y otras autoridades estatales. Había sido decapitado, según un funcionario público con conocimiento del caso que no estaba autorizado a hablar públicamente. Su cabeza quedó encima de una camioneta pick-up blanca; el resto de su cuerpo estaba dentro del vehículo, dijo el funcionario.

Nadie ha reclamado la responsabilidad del asesinato de Arcos Catalán.

Días antes de que asumiera el cargo, un grupo de hombres armados asesinó al que habría sido su ministro de Seguridad, un exjefe de la unidad de fuerzas especiales de la policía de Guerrero. Y el jueves pasado, el secretario general del ayuntamiento fue asesinado a balazos a plena luz del día.

El caso de Arcos Catalán es hasta ahora el asesinato más espeluznante de un político mexicano desde la toma de posesión de la presidenta Claudia Sheinbaum la semana pasada. Trajo a la memoria las tácticas utilizadas en los días más sombríos de la guerra contra el narcotráfico en México, cuando los criminales exhibían públicamente cadáveres descuartizados para aterrorizar a la población.

Sheinbaum hereda muchos retos de su mentor y predecesor, Andrés Manuel López Obrador, siendo la violencia de los cárteles quizá el más acuciante, aunque ha minimizado repetidamente el problema durante la campaña electoral y desde que asumió el cargo.

“Esta idea de que hay una violencia generalizada en el país, no la compartimos”, dijo a sus partidarios a principios de año, cuando empezaban a acumularse los casos de candidatos asesinados antes de las elecciones generales de junio.

Un total de 41 aspirantes a cargos públicos fueron asesinados en México, convirtiéndose en uno de los ciclos electorales más mortíferos de la historia reciente del país.

Los primeros días del gobierno de Sheinbaum ya han estado marcados por la violencia.

Fuente: THE NEW YORK TIMES